Julia Folch Schulz
Nací en Freiburg im Breisgau, Alemania, en 1966. Pasé los primeros años de mi vida en la zona de la Selva Negra, pero antes de mi décimo cumpleaños, mi familia y yo tuvimos que mudarnos a España por el trabajo de mi padre. Más tarde, en 1985, me gradué en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). En los primeros cursos de la carrera descubrí que me apasionaba la neurociencia y, en concreto, el estudio del autismo. Cuando acabé mis estudios, me dediqué a compaginar la investigación con la terapia psicológica. En mi consulta trabajé sobre todo con niños y jóvenes con trastornos emocionales, entre los que había personas con trastornos del espectro autista. En mi tiempo libre, me gusta salir a pasear por el campo con mi familia y mi perro Suki.
"La diversidad es un reto, pero también es un valor añadido que te ayuda a crecer como persona a cualquier edad."
El punto de unión entre la enseñanza y la terapia
Sus actividades de enseñanza y sus investigaciones en las áreas de neurociencia cognitiva y autismo le han valido a Julia el reconocimiento a nivel mundial. Participa activamente en varios grupos de investigación internacionales que estudian el procesamiento de la información facial, uno de los cuales pertenece a su alma mater, la Facultad de Psicología de la UAM. Con el paso del tiempo, su interés por el autismo ha ido aumentando, y la ha llevado a especializarse en las expresiones faciales durante la comunicación no verbal de los niños autistas en edad preescolar.
Este fue el tema de su doctorado, terminado en 2015. Gracias a él, Julia es plenamente consciente de lo compleja que es la mente y lo diversa que puede llegar a ser la comunicación. Está convencida de que la sociedad se debería esforzar en comprender a todas las personas, independientemente de si son discapacitadas o no.
La educación es un tema que siempre le ha apasionado, y en un primer momento se planteó estudiar Magisterio. Pero su fascinación por el funcionamiento de la mente humana la llevó a decantarse por Psicología. Durante sus estudios, empezó a trabajar como voluntaria en el equipo de investigación del profesor Jaime Iglesias Dorado, que estudiaba el procesamiento de la información facial en los primates y las personas con comportamientos típicos y atípicos.
Cuando acabó sus estudios, Julia se dedicó a compaginar la investigación con la terapia psicológica. Trabajó principalmente con niños y jóvenes con trastornos emocionales, entre los que había personas con trastornos del espectro autista. En esta etapa aprendió lecciones muy valiosas como, por ejemplo, que el hecho de tener una discapacidad no significa que la familia o el niño no puedan vivir una vida feliz. Todos los padres y los niños experimentan procesos de crecimiento, independientemente de si los últimos tienen una discapacidad o no.
Aunque le gustaba mucho su trabajo como investigadora y psicóloga, Julia seguía sintiendo la necesidad de enseñar. Finalmente tuvo la ocasión de dedicarse a ello cuando le ofrecieron formar parte de la Universidad-SEK de Segovia para compartir sus privilegiados conocimientos con los jóvenes aspirantes a psicólogos. Su trabajo como profesora de psicobiología y neurociencia le sirvió para darse cuenta de que le apasionaba enseñar a otras personas. Años más tarde, la Universidad-SEK se unió a IE University, y fue entonces cuando tuvo la oportunidad de seguir enseñando en un entorno multicultural, algo con lo que Julia está más que encantada.
Para ella, empezar a trabajar en IE University fue como volver a sus raíces. Después de haber vivido un choque cultural cuando se mudó a España siendo niña, ahora se siente más cómoda cuando está en entornos multiculturales. Cree que IE University es el entorno perfecto para ella, y que la diversidad es no tanto un reto sino un valor añadido que ayuda a crecer como persona a cualquier edad.
Como profesora, su objetivo principal es conseguir que sus alumnos comprendan que el comportamiento, sobre todo cuando se trata de conductas mentales, tiene un componente biológico que está estrechamente relacionado con el entorno en el que uno se encuentra. Julia cree que este conocimiento es fundamental para poder comprender en profundidad cómo se construye el comportamiento, y que nos da cierto grado de control sobre nuestra propia conducta y la de los demás. Estos temas suelen generar interés en la mayoría de los alumnos, lo que la motiva para seguir enseñando.
Aparte de ser profesora, Julia es también student advisor. Suelen asignarle los alumnos con distintas necesidades de aprendizaje, lo que le permite poner en práctica su experiencia clínica.
En su tiempo libre, le gusta leer, escuchar música clásica y pintar, una actividad que comparte con su hija adolescente. También colecciona antigüedades: desde sellos y fotos hasta cajas y muñecas, que se dedica a restaurar. Pero es la costura, su afición más reciente, la que de verdad la ayuda a relajarse y desconectar. Lleva años asistiendo a clase y ahora ha empezado a crear tapices, algo que para ella es como “pintar con tela”.
Julia está convencida de que la clave para alcanzar el éxito es hacer algo que te apasione. Así es como se consigue que las tareas más complicadas parezcan más fáciles. También cree que es esencial poner pasión a lo que haces, ya sea en lo profesional o en cosas tan sencillas como hacer una tarta para los amigos y la familia.
