Maria-Cătălina Văduva | IE University

Maria-Cătălina Văduva

Sobre mí

Me llamo Maria-Cătălina Văduva y soy de Rumanía. Cuando llegó el momento de elegir el grado que iba a encaminar mi trayectoria profesional, tuve claro inmediatamente que este programa era lo que andaba buscando, porque combina perfectamente mis dos aspiraciones: el derecho y los asuntos internacionales. Concretamente, me interesa el derecho penal y de los derechos humanos.

shapeMaria-Cătălina Văduva
case2Estudiante de grado
mapPointRumanía
studentDoble Grado en Derecho + Relaciones Internacionales
Maria-Cătălina Văduva | IE University

"La competición es dura, pero en tu camino hacia el éxito no te olvides de que estás subiendo por las escaleras, y no en ascensor, para llegar al último piso."

Maria-Cătălina Văduva

Superar los límites y confiar en el proceso

Maria-Cătălina participa en debates desde el instituto, por lo que cuando llegó a IE University para estudiar el Doble Grado en Derecho y Relaciones Internacionales, el primer club al que acudió fue el IEU Debate Club. Su objetivo inicial era mejorar sus habilidades oratorias, de negociación, estructurales y críticas, pero formar parte de este club le ha aportado mucho más que eso.

El Debate Club le ha dado a Maria-Cătălina la oportunidad de participar en el Modelo de las Naciones Unidas Internacional de Londres (LIMUN). El evento es muy exigente, explica, y admite que al principio estaba muy nerviosa, ya que era la primera vez que participaba en este foro de debate. Aunque sabía que formar parte de un comité de expertos llamado Group of Twenty iba a ser todo un reto, también sintió como un honor poder ser miembro de una delegación compuesta por ocho personas que compartían su misma pasión y empatía. A pesar de representar diferentes posturas en asambleas divergentes, como el Consejo Europeo, el G20 y la Conferencia de las Partes, todos colaboraron para superar cualquier dificultad. Trabajar en discursos de apertura, estrategias, el uso de metáforas y el reglamento sirvió para acercar a los miembros de la delegación y alimentar su deseo por mejorar.

Para Maria-Cătălina, lo más importante de su participación en el LIMUN fue la experiencia en sí. Quedó especialmente impresionada por la elegancia de la ceremonia de apertura, donde estaban representadas todas las naciones con sus respectivas banderas, así como por la presencia de una orquesta que tocaba música en directo. “Era como si el tiempo se hubiera detenido y nosotros fuésemos uno más”, explica. Sin embargo, admite que la falta de tiempo libre y sueño, así como las intensas negociaciones, hicieron mella en ella y eso le hizo replantearse cuál era la mejor forma de ser una buna líder y de llevar al comité hacia la dirección deseada.

Al principio, pensaba que su posición neutral iba a ser una desventaja, pero pronto descubrió que iba a ser todo lo contrario. Ser neutral, dice, le permitió asegurarse de que se escucharan todos los puntos de vista, y de que todos los delegados participasen en el proceso de la toma de decisiones. También elogia la mentalidad abierta y el enfoque diplomático por parte del comité de gestión del LIMUN hacia los participantes: Maria-Cătălina sintió que podía dirigirse a ellos para hacerles cualquier pregunta, lo que contribuyó a generar un buen ambiente de cara al debate.

El viaje estuvo lleno de acontecimientos hasta el último minuto, hasta el punto de que la delegación tuvo que irse antes de que terminara la ceremonia de clausura para coger el vuelto de vuelta. De hecho, cuando estaban de camino al aeropuerto descubrieron quiénes habías sido los galardonados. El nombre de Maria-Cătălina salió ya al final y fue para otorgarle una mención honorífica por su representación de Sudáfrica en el debate del G20. Todo su arduo trabajo había dado sus frutos y, como ella misma dice, “todos hemos ganado”. Aunque de esta vivencia obtuvo tanto recompensas materiales como psicológicas, todos lograron sus propósitos iniciales: establecer contactos, superar sus límites, demostrar su valía y disfrutar de la experiencia.

Maria-Cătălina también reconoce que una parte del éxito de su delegación se debe al apoyo del claustro de IE University y al coach que los preparó para el debate, Kevin Febres. IE University no solo le proporcionó los conocimientos académicos que necesitaba, sino que su participación el Debate Club también le dio confianza en sí misma. “Se nos da bien debatir y eso se lo debemos a IE University”, afirma, y añade que se sintió capaz de expresar su singularidad y, al mismo tiempo, contar con el apoyo de los demás delegados.

Si tuviera que dar un consejo a aquellos estudiantes interesados en participar en un evento del Modelo de las Naciones Unidas, Maria-Cătălina les diría tres cosas. La primera es que el trabajo en equipo es clave. Es importante recordar que se trata solo de una simulación, y que todos compartís el mismo propósito, por lo que es vital confiar los unos en los otros. Aunque en cierto modo te representas a ti mismo, formas parte de un grupo y tienes que estar preparado para asumir diferentes roles.

Maria-Cătălina también subraya que el objetivo no es el premio y señala que, si bien algunos estudiantes ganan un premio en su primer MUN, otros con bastante experiencia en el debate no reciben nada. Su consejo es que aproveches al máximo cada situación y que vayas con la mente abierta: incluso puedes llevarte amistades para toda la vida. “Todo recae en tu motivación y en el esfuerzo que dediques a ello”, comenta. Por último, aunque un MUN puede ser estresante y resultar abrumador, también es una oportunidad para divertirse y encontrar la felicidad en aquello que haces.  Y destaca la importancia de confiar en el proceso: “Hazlo. Ve a por ello. No te lo pienses dos veces y déjate llevar”.

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