Francisco M. Sánchez Castro

Francisco M. Sánchez Castro

Sobre mí

Francisco es licenciado en ADE, pero decidió seguir su vocación y apostó por lanzarse al mundo de la asesoría fiscal cursando el Máster en Asesoría Fiscal (LL.M.) de IE Law School. Gracias a su paso por IE, Francisco se ha dado cuenta de cómo apostar por la formación más puntera e innovadora le ha ayudado en su incipiente trayectoria profesional.

En esta entrevista, nos cuenta cómo el método innovador de IE le ha permitido trascender los límites del conocimiento teórico para desarrollar las habilidades necesarias que le han ayudado a convertirse en un abogado en el que sus clientes confían, y cuáles de ellas han contribuido a que genere un impacto mientras trabaja en grandes operaciones en EY.

shapeFrancisco M. Sánchez Castro
case2Alumno de Máster
mapPointEspaña
studentMáster en Asesoría Fiscal De Empresas (LL.M.)
Francisco M. Sánchez Castro

"Lo que me ha resultado más relevante del máster ha sido su enfoque de aprendizaje y las herramientas que he obtenido. La manera en que abordo el análisis de las cuestiones técnicas planteadas por los clientes es lo que me hace destacar e ir un paso por delante del resto."

Francisco M. Sánchez Castro

¿Por qué decidiste estudiar tu máster en IE Law School?

Mi decisión se basó principalmente en lo que mi profesor de Tributación Indirecta de mi licenciatura de ADE me contó sobre el máster. Me reuní con él para comentarle mi intención de especializarme en derecho fiscal y cómo me estaba planteando la posibilidad de realizar un máster. Él ya lo había cursado unos años antes y me lo recomendó; le había resultado de gran utilidad y le había gustado muchísimo el método de aprendizaje utilizado.

¿Qué destacarías de la experiencia a nivel profesional y personal en IE Law School?

Principalmente, el enfoque de aprendizaje, que es totalmente diferente a cualquiera de los métodos que he experimentado tanto en el colegio como el instituto, o incluso en la universidad.

Para mí esta es la clave del IE Law School; su método no solo incluye la parte puramente técnica, que he aprendido de la mano de profesionales de amplia experiencia, sino que también incluye una parte práctica que me ha brindado herramientas para afrontar y analizar cualquier caso que se me plantee. Probablemente, ahí es donde reside el factor diferenciador que marca el desarrollo de tu futura carrera profesional.

En lo relativo a mi desarrollo personal, he compartido horas y horas y objetivos con mis compañeros de clase durante los 10 meses de curso: aprender todo lo posible, alcanzar las mejores soluciones y, ante todo, construir un equipo fuerte ante la adversidad (que no es otra que el elevado volumen de trabajo).

¿Alguna anécdota que te gustaría compartir?

La semana previa a nuestro primer examen oral es un buen recuerdo que tengo, y que probablemente refleja fielmente cómo han convergido mi faceta personal con la profesional durante mi experiencia en IE. Tras seis meses de máster, nos reuníamos varios alumnos todas las mañanas a las ocho y media para comentar entre todos los casos prácticos de los que nos íbamos a examinar, compartir inquietudes y debatir los aspectos técnicos más relevantes. En mi opinión, este es un ejemplo de lo que marca la diferencia cuando completas el máster.

¿Qué es lo más valioso que has aprendido en el máster y que hoy aplicas a tu vida profesional?

Como ya he comentado, lo que me ha resultado más relevante ha sido su enfoque de aprendizaje y las herramientas que he obtenido. La manera en que abordo el análisis de las cuestiones técnicas planteadas por los clientes es lo que me hace destacar e ir un paso por delante del resto. Por otro lado, creo que también me ha sido muy importante aprender a argumentar mis ideas y conclusiones: en IE defendemos cada caso en clase frente al profesor y los compañeros, y también debemos exponer nuestros conocimientos coherentemente en los exámenes orales.

Esto último guarda mucha relación con las exigencias de la vida profesional: aunque el cliente necesita un memorándum en el que se detalle manera minuciosa el análisis técnico, lo que le resulta realmente útil es la capacidad profesional de su abogado o asesor para explicar las cuestiones especialmente complejas de una manera práctica, ejecutiva y concisa.

¿Crees que IE aporta una visión más global y comparada del derecho?

Sin duda. Hay masters en derecho fiscal que se centran demasiado en la legislación tributaria y, a mi modo de ver, descuidan otras materias como el derecho europeo, la normativa civil y mercantil o la contabilidad. Los profesionales del asesoramiento tributario comprendemos posteriormente, en nuestro día a día profesional, que estos son pilares fundamentales sobre los que desarrollar nuestras capacidades y habilidades, así como tener conocimiento sobre dichos ámbitos al inicio de nuestra trayectoria.

¿Cuáles son tus objetivos profesionales?

Mi principal objetivo es ser un buen asesor fiscal y que los clientes me reconozcan como tal. Mi segundo objetivo es llegar a ser socio algún día, no porque sea el único futuro posible, sino porque creo que si trabajas en una Big Four o un despacho de abogados es importante que tengas la ambición de querer convertirte en socio, aunque luego no se materialice. Eso te ayuda a perseguir tus objetivos con mayor entrega.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Lo que más me gusta es que cada día llego al trabajo sin saber a lo que me enfrentaré. También soy consciente de todos los años cambiarán las tareas que me pueden encomendar y que tendré nuevas responsabilidades que deberé aprender a gestionar. No existe una zona de confort.

¿Qué consejos le darías a los abogados del futuro?

Que mantengan una mente abierta. La frase “thinking out of the box” se escucha con mucha frecuencia estos días, y quizá pensamos en ella muy a la ligera, pero es importante que cada uno entendamos cómo la podemos integrar en nuestro sector. En lo relativo a la abogacía, creo que este mantra nos da la oportunidad de reflexionar sobre los cambios que está experimentando la profesión, y de qué manera ámbitos como la digitalización tributaria nos obligará a replantearnos nuestra forma de trabajar y adaptarnos a las nuevas oportunidades para obtener más y mejores resultados.

¿Te supuso un problema para la realización del máster no ser licenciado en Derecho?

Lo cierto es que no. IE elaboró un plan alternativo para los alumnos que no contábamos con formación específica en derecho, con el fin de que dominásemos las principales materias, como son el derecho civil, derecho mercantil, derecho europeo o administrativo. Dichas materias constituyen un conjunto de conocimientos imprescindibles para la práctica tributaria.

¿En qué te ayudó el máster en tu acceso al mercado laboral de la mano de EY?

No estudié mi carrera en una de las universidades más destacadas de España, así que creo que me habría resultado muy difícil, por no decir imposible, haber accedido a esta oportunidad laboral en EY sin haber cursado el máster de IE. El programa no sólo me ha permitido aprender derecho fiscal, sino que también me ha dado la oportunidad de desarrollar y mostrar mis capacidades a mis profesores, que son los socios de los principales despachos de abogados de España.

¿Cómo fue tu experiencia profesional en Nueva York?

La experiencia fue enriquecedora en el sentido más amplio de la palabra. Tuve la oportunidad de trabajar (y compartir alguna que otra cerveza) con personas de todas partes del mundo. Sin duda, algo para recordar.

¿La manera de trabajar es diferente?

Bastante, los clientes americanos confían mucho en la palabra de sus asesores. La mayoría del asesoramiento se realizaba en primer lugar por teléfono o en un breve correo electrónico, y a continuación se elaboraba un memorándum. Sin embargo, más allá de estas gestiones, los clientes querían escuchar las conclusiones de viva voz por parte de su abogado para poder discutir los temas y plantearle nuevas preguntas.

¿Imaginaste que algún día te dedicarías al asesoramiento de clientes de tan alto nivel y en asuntos tan relevantes?

Creo que nunca me lo llegué a plantear realmente porque no tenía amigos en este tipo de puestos que me pudieran hablar de su experiencia. Además, cuando comencé a trabajar no fui consciente de la trascendencia de los proyectos de los que formaba parte. Al fin y al cabo, me centré en hacer un buen trabajo en mi día a día sin plantearme realmente la dimensión del proyecto en su conjunto. Sin embargo, una vez terminé el proyecto, eché la vista atrás y me di cuenta de la magnitud de las operaciones de las que había formado parte y de cómo se hablaba de ellas en los periódicos. Sinceramente, opino que fue muy gratificante y será algo que recordaré con especial ilusión.

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