Antonios Kouroutakis

Antonios Kouroutakis

Sobre mí

Antonios Kouroutakis, abogado especializado en derecho público, es Doctor de Filosofía (PhD) de la Universidad de Oxford (UK) y condujo distintas investigaciones posdoctorales en la Universidad City de Hong Kong (China), en la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y en la Universidad Aristóteles de Tesalónica (Grecia). Su experiencia en diferentes países le dio una visión global del derecho y su aplicación en las sociedades, y esto es algo que vive cada día como profesor, un rol que le apasiona. “Ser profesor es un papel único y constituye una tarea creativa, porque interactúas con las nuevas generaciones y tratas de transmitirles los logros de las generaciones pasadas y presentes. No es fácil transmitir a las nuevas generaciones lo que hemos hecho y el mensaje de que tienen que ir un paso más allá e intentar, no solo mantener los logros del pasado y del presente, sino ir más lejos”, expresa Antonios.

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case2Profesor de IE Law School
mapPointGrecia
Antonios Kouroutakis

"Si observas el mundo desde la perspectiva de diferentes culturas y ciudades, podrás encontrarte a ti mismo"

Antonios Kouroutakis

¿Qué destacaría de su experiencia en todos los países en los que ha vivido?

Estados Unidos

Nací y crecí en Grecia. Cursé mi Máster en Derecho Constitucional Comparado en UCLA, en Estados Unidos. Fue una experiencia única, ya que era un país diferente al que estaba acostumbrado y adaptarme a este nuevo ambiente me llevó un tiempo. Fue interesante porque era un crisol de culturas, con personas de diferentes orígenes y mentalidades; y yo venía de Grecia, que es un país bastante homogéneo. Salir al extranjero, y vivir y estudiar en una sociedad así de diversa fue una experiencia de aprendizaje muy enriquecedora. Estados Unidos fue la primera vez que me abrí al resto del mundo.

Reino Unido

Mi segunda experiencia internacional fue en Oxford, Inglaterra, un entorno completamente diferente. Oxford es una ciudad muy antigua y tradicional, con rituales que parecen sacados del pasado, como por ejemplo las cenas que empezaban bendiciendo la mesa. Tenía la sensación de estar viviendo en una época diferente de la historia. Todo permanecía inalterado, y el concepto de tradición se veía perfectamente en el ambiente.

Hong Kong

Después fui a Hong Kong, que era completamente distinta; una gran ciudad, con miles de personas. Allí puedes ver las tecnologías más avanzadas en las calles más concurridas. Todo se mueve más rápido. En Hong Kong, puedes observar perfectamente la economía de mercado: existen infraestructuras privadas, grandes proyectos y se ve a la persona como a un consumidor. También puedes experimentar una concepción diferente del trabajo, la costumbre es trabajar muchas horas al día. Por lo tanto, la ética de trabajo era muy diferente a la que estaba acostumbrado.

Berlín

Después de Hong Kong, fui a Berlín y pasé 6 meses en la Universidad de Berlín. La ciudad me impresionó mucho, era la capital europea de la juventud, muy internacional, con mucha gente joven y arte por todas partes. Fue una experiencia muy diferente, ya que Berlín es una ciudad muy descentralizada. Posee un muro, en lugar de un centro histórico, por lo que no representa muy bien la típica ciudad europea.

Madrid

Después de esa experiencia, llegué a Madrid, que refleja mejor los estándares europeos, aunque es una ciudad en la que el estilo de vida es muy relajado y despreocupado: trabajas duro, pero al mismo tiempo te diviertes mucho. Es un ambiente muy agradable.

Actualmente se están desafiando normas arraigadas y establecidas, y precisamente esto es lo que intentamos transmitir a los estudiantes: aprendemos del pasado, entendemos el presente, y luego trabajamos para el futuro.

¿Cree que existen distintas maneras de abordar el derecho en los países en los que ha vivido?

Existen diferencias, pero el concepto de lo que es justo es muy similar. En cada uno de ellos, existe más o menos el mismo nivel de justicia y el mismo código ético, por lo menos en los países que he estado. Sin embargo, las diferencias radican en el papel del juez, el estado de derecho y los problemas a los que se enfrenta cada sociedad.

¿Ha tenido esta experiencia global un impacto en su carrera o en sus opiniones personales?

l integrarte en una gran variedad de sociedades durante un corto periodo de tiempo te vuelves más empático y empiezas a conocerte mejor a ti mismo. Al estar expuesto a diversos sistemas y diferentes códigos éticos, es más fácil entender lo que quieres, tus objetivos y expectativas e imaginar tu futuro. “Si observas el mundo desde la perspectiva de diferentes culturas y ciudades, podrás encontrarte a ti mismo”.

¿Busca transmitir esto a sus estudiantes?

Tenemos mucha suerte en IE porque tenemos un alumnado muy diverso. Imparto clases de derecho constitucional y tengo alumnos que vienen de países con democracias liberales, algunos de países con un régimen más autoritario y otros de países con un sistema de monarquía constitucional.

Esta diversidad que existe en IE me permite transmitir el mensaje a los estudiantes con mayor facilidad: deben ser tolerantes con opiniones y puntos de vista diferentes, tener la mente abierta y aprender de la experiencia de los demás. Por lo tanto, creo que sería difícil para un alumnado homogéneo entender mi enfoque hacia la enseñanza, que se basa en la comparación, permite tolerar diferentes opiniones, y muestra diversos ejemplos y maneras de lograr el mismo objetivo. Esto es además beneficioso para los alumnos, porque aprenden más de sus compañeros de clase, y creo que yo facilito el proceso.

Cada alumno habla de su experiencia y me gusta el hecho de poder aprender algo nuevo de ellos y sentirme más lleno cada vez que salgo del aula. Es un proceso de aprendizaje continuo.

¿Recuerda algo que aprendió de un profesor o mentor?

He aprendido algo de cada profesor y mentor que he tenido. De mi supervisor en Oxford, aprendí a tener paciencia; siempre estaba dispuesto a escuchar mis ideas y las enfocaba de una manera muy positiva, lo que me ayudó a desarrollar mi conocimiento, y a ir más allá y aprender más. Me proporcionó espacio para expresarme.

De mi mentor en Hong Kong, me quedé con su forma creativa de solucionar problemas. Siempre saco algo de todas mis experiencias y de todas las personas con las que he trabajado, escojo los aspectos que me gustan.

Como estoy supervisando algunos trabajos de fin de grado, estoy tratando de seguir el patrón de mis supervisores; escuchar las inquietudes de los estudiantes, ayudarles a elegir un tema que les guste y permitirles expresarse. De esta manera, también busco ayudarles a encontrarse a sí mismos.

¿Se imaginó alguna vez como profesor?

Cuando pensé en estudiar derecho, quería ser embajador. No quería ejercer la abogacía, porque me parecía muy técnica. Después, durante mi primer año de universidad, comprendí que quería centrarme en el derecho constitucional, lo que me llevó a darme cuenta de que quería quedarme en la universidad. Es un papel único y constituye una tarea creativa, porque interactúas con las nuevas generaciones y tratas de transmitirles los logros de las generaciones pasadas y presentes. No es fácil transmitir a las nuevas generaciones lo que hemos hecho y el mensaje de que tienen que ir un paso más allá e intentar, no solo mantener los logros del pasado y del presente, sino ir más lejos todavía.

Hablando del pasado y del futuro, ¿cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan los estudiantes?

Mi generación fue la primera que se enfrentó a la competición a nivel mundial; hace 20 o 30 años no existían muchos profesionales que viajasen por el mundo. La generación actual de estudiantes, los millennials, tendrán que competir con la inteligencia artificial y esto es una gran preocupación. Es mi deber como profesor familiarizarles más con los cambios tecnológicos. Lo que internet fue para nosotros, es lo que será blockchain para las generaciones futuras, cambiará por completo un sistema basado en una autoridad central y de confianza. Con blockchain, esta autoridad central dejará de tener utilidad, lo que transformará la economía y afectará a instituciones muy arraigadas.

En IE trabajamos con los estudiantes para ayudarles a familiarizarse con estos cambios tecnológicos. La única certeza es que el mundo está cambiando, pero no sabemos en qué dirección.

Actualmente se están desafiando normas arraigadas y establecidas, y precisamente esto es lo que intentamos transmitir a los estudiantes: aprendemos del pasado, entendemos el presente, y luego trabajamos para el futuro.

¿Alguna experiencia que le gustaría compartir?

Una experiencia extraordinaria fue mi participación durante mi primer año como estudiante de grado en la facultad de derecho en un programa de formación en Estambul en el que participaron estudiantes de universidades griegas y turcas.

El objetivo principal de ese programa era el acercamiento entre los dos países y discutimos la cuestión de Chipre, en particular el Plan Kofi Anan para la reunificación de la isla y la nueva propuesta de Constitución.

Fue mi primera exposición a un ambiente internacional y conocí a gente muy interesante de Grecia y Turquía, que se convirtieron en buenos amigos míos y con quien estoy en contacto todavía. Curiosamente, este programa me inspiró para centrarme en los estudios de ingeniería constitucional.

Este programa recibió la atención de la comunidad internacional y CNN cubrió el evento. Se puede ver aquí.