Trabajo de fin de grado, Grado en Diseño, promoción de 2021.
Se trata de un sistema de gestión digital para mejorar la relación de los profesores de primaria y secundaria con sus alumnos mediante actividades que fomenten el desarrollo de la empatía.
Las prioridades de nuestro sistema educativo han ido cambiando para adaptarse a las necesidades de los estudiantes del siglo XXI. Tanto intelectuales como académicos reconocen que la empatía es un factor crucial en la educación integral y en el desarrollo de la personalidad.
Una relación deficiente entre profesores y alumnos supone un obstáculo para el éxito de la enseñanza, pero esto se puede corregir con empatía. El sistema de gestión del aprendizaje Emonate se creó con el objetivo de mejorar esas relaciones mediante actividades que promueven la empatía. Para eliminar las barreras que impiden que una persona empatice con otra, la idea es crear un entorno en el que se fomente el desarrollo y el uso de esta habilidad.
Emonate ayuda a alumnos y profesores a comunicar su estado emocional con emojis de una forma privada, sincera y no beligerante a través del iPad o el ordenador. De esta forma, se pone el foco en las emociones y en su efecto sobre nuestro estado de ánimo, para que el profesor pueda atender mejor al sentimiento colectivo de la clase. Los alumnos, por su parte, podrán saber cómo se siente el profesor y también podrán hacerse una idea de cómo se sienten sus compañeros de clase.
Con Emonate, los profesores cuentan con una serie de herramientas con las que practicar la empatía con su alumnado y trabajar para mejorar el estado de ánimo general en el aula. Se trata de actividades tan sencillas como que el profesor cuente a sus alumnos algo sobre su vida; que toda la clase participe en un ejercicio de mindfulness; escuchar música juntos, o bien salir a dar un paseo para dar espacio a conversaciones que no tengan que ver con lo académico. La solidez del vínculo entre alumnos y profesores se puede medir por las interacciones que comparten al margen de lo estrictamente académico. Cosas como la cantidad de dibujos o regalos que los profesores reciben de sus alumnos, la frecuencia con la que tienen conversaciones con ellos fuera del aula y el aumento de respuestas positivas en las encuestas de evaluación del profesorado.
Con esto se espera que, al finalizar el curso, los informes sobre el estado de ánimo de los alumnos muestren una tendencia al alza que refleje la atención que sus profesores les han dispensado.
