María Amelia Frías

La pasión de María por los asuntos internacionales no es ningún secreto. Muestra de ello es el programa que ha elegido estudiar, pero también en el hecho de que se unió al IEU Debate Club en el primer día de orientación. Durante su etapa en el instituto, María participó en el Modelo de las Naciones Unidas, lo que alimentó su deseo por tomar parte en actividades similares en su etapa universitaria. Lo que más la impresionó del IEU Debate Club, dice, fue la experiencia de aprendizaje y la comunidad tan única que habían creado todo sus miembros.

Aquí, María ha conocido a muchísimas personas y ha hecho muy buenos amigos. Siente que eso, entre otras cosas, la ha animado a dar lo mejor de sí misma y a trabajar en sus habilidades de oratoria y de resolución de problemas. Uno de los desafíos más grandes a los que se ha enfrentado como miembro del club fue el URJCmun, el debate del Modelo de las Naciones Unidas de la Universidad Rey Juan Carlos. María lo describe como una “curva de aprendizaje”, tanto por la preparación necesaria como por el nivel que se espera de los participantes. Junto a la otra persona responsable de la delegación, ha dedicado mucho tiempo a estudiar resoluciones, política exterior e interna, y a leer sobre los intereses y las posiciones de los demás países.

Sin embargo, también se ha enfrentado a desafíos más grandes, como trabajar las habilidades interpersonales. María descubrió que compartir las tareas de delegación con otra persona requiere de mucha confianza y cooperación entre ambas para poder trabajar de la manera más eficiente posible. En muchas de sus conversaciones, tanto dentro como fuera del comité, hablan sobre estrategia, analizan su plan de acción y deciden cómo adaptarse a los cambios que ocurren dentro del grupo. “Lo más importante era establecer una buena relación” apunta María, y añade que cuando cometen un error o necesitan ayuda, la otra parte responsable siempre está ahí para darle apoyo y una opinión constructiva. María considera que su éxito tiene que ver, en gran parte, con esa relación tan positiva que han creado. Prueba de ello es que su delegación recibió una mención honorífica en el URJCmun.

Otro reto al que se tuvo que enfrentar por la conferencia fue esta vez de naturaleza práctica: tenía que hacer 28 km en una hora para llegar al campus y hacer transbordo tres veces en el metro. “Eso es casi la mitad de la distancia que hay entre Madrid y Segovia”, apunta María. Sin embargo, el recorrido le sirvió para calmar los nervios y adoptar una mentalidad productiva ante el día que tenía por delante.

Uno de los aspectos del URJCmun que disfrutó especialmente fue el vínculo y la buena relación que había entre los delegados, ya que pudo charlar con algunos de sus compañeros de IE University entre sesión y sesión. Sin embargo, su parte favorita de esta experiencia fueron las reuniones oficiales de la delegación al acabar el día. María apunta que su coach, Kevin, no solo les dio consejos y apoyo, sino que también les ofreció un espacio en el que poder compartir cualquier problema que hubieran tenido. Poder expresar sus frustraciones la ayudó a relajarse después de un largo día.

Para María, el apoyo de IE University fue una gran ayuda, y está muy agradecida de que el claustro comprendiese las exigencias de la conferencia y entendiese que tenía que ausentarse y perder clase en algunas ocasiones. Sin este apoyo, cree que no habría podido dar lo mejor de sí misma.

Si tuviera de dar un consejo a aquellas personas interesadas en participar en este evento, María tiene claro cuales son los tres aspectos más importantes. En primer lugar, la preparación. Afianzar tu investigación y conocer el reglamento es un aspecto fundamental. “Nunca se está demasiado preparado”, añade. En segundo lugar destaca la importancia de la planificación y la programación. Ir a una conferencia del Modelo de las Naciones Unidas implica mucho trabajo, por lo que es importante tener en cuenta cualquier otro compromiso, como puedan ser exámenes o tareas. Por último, María menciona la importancia de descansar. “El cansancio es un enemigo del rendimiento”, afirma, y añade que no hay que avergonzarse por echarse una siesta en el trayecto a casa.