Enrique Aznar, director Académico del IE-Elecnor Observatory on Sustainable Compliance Cultures, asegura que “el Observatorio quiere aportar a la sociedad y al mundo empresarial herramientas que mejoren la gestión del compliance teniendo en cuenta principios éticos, sociales y medioambientales.»
Enrique Aznar tiene una larga trayectoria en el mundo de Compliance e Integridad en las empresas y posee un profundo conocimiento sobre cómo hacer frente a la corrupción. Tras casi quince años en distintos puestos en firmas de auditoría (Arthur Andersen y Price Waterhouse), despachos de abogados (Freshfields) y como abogado interno para el sur de Europoa en Dell Computer, en 2005 dio el salto a su primera responsabilidad como oficial de cumplimiento para Europa, Oriente Medio y África en Tyco International. Posteriormente se desempeñó en Nokia Siemens Networks, Millicom y VimpelCom. En la actualidad, además de su función como director Académico del Observatorio, dirige su propio despacho desde donde asesora en cuestiones de Compliance y Sostenibilidad; es Partner en Ambar Partners, un proveedor de servicios legales alternativos, y socio en España de Compliance Recruitment Solutions, una consultora especializada en la selección de oficiales de cumplimiento. Desde 2018, es profesor asociado de IE Law School y presidente de la sección madrileña de la Governance Blockchain Association (GBA).
El Observatorio Compliance de la Fundación IE y Fundación Elecnor se puso en marcha a finales de 2019. ¿Con qué propósito nace?
El Observatorio se creó cuando Fundación IE y Fundación Elecnor coincidieron en la necesidad de analizar el desarrollo y adopción de una cultura de Sustainable Compliance en las medianas y pequeñas empresas con el objeto de entender en profundidad la realidad de sus retos, estudiar posibles soluciones y difundir los conocimientos generados. El despacho Eversheds Sutherland, en Madrid, es asesor técnico del Observatorio.
Por tanto, el Observatorio nace con la vocación de ser una fuente especializada de investigación, información y conocimiento para impulsar la adopción de una cultura de Sustainable Compliance, con un foco especial en la PYME. Asimismo, aspira a convertirse en una referencia a nivel internacional en el área de Sustainable Compliance y a convertirse en un punto de encuentro académico y empresarial para la generación y difusión de conocimientos en esta esfera.
A través de la difusión de sus trabajos y estudios, el Observatorio quiere aportar – a la sociedad, en general, y al mundo empresarial, en particular – recursos y herramientas que mejoren la gestión del cumplimiento de las organizaciones, teniendo en cuenta los principios éticos y los temas sociales y medioambientales. Esperamos que esta iniciativa contribuya a avanzar en la lucha contra la corrupción en los negocios, en la defensa del derecho de la competencia, de los derechos humanos y laborales y en el respeto al medio ambiente.
¿Qué balance hace de este periodo del Observatorio?
En la todavía corta vida del Observatorio hemos puesto en marcha numerosas iniciativas con el objetivo de desarrollar conocimiento basado en la excelencia de investigación académica de IE y en las reflexiones de expertos y referentes.
Promovemos también la contribución de artículos sobre temas de actualidad de profesores y alumnos de IE Law School. En 2021, hemos publicado artículos acerca de la transposición de la Directiva EU sobre canales de denuncias, el nuevo estándar ISO 37301, ESG en España e Italia, compliance en Brasil, entre otros. Por último, facilitamos el entendimiento de aspectos técnicos de compliance y sostenibilidad mediante nuestras “Píldoras de compliance” y artículos con una recopilación de mejores prácticas. En octubre de 2021, publicamos nuestro primer informe sobre los drivers de la cultura de cumplimiento sostenible en las pymes españolas y estamos ahora preparando un estudio comparativo sobre culturas de cumplimiento entre varios países de LATAM, que se publicará en 2022.
Y próximamente lanzaremos una serie de video-podcast “Compliance Matters” en la que mantenemos una conversación acerca de temas relacionados con compliance y sostenibilidad con empresarios, directivos, compliance officers, académicos, abogados, miembros de la judicatura, fiscales, etc.
Desde el punto de vista académico, ¿cómo es la experiencia de trabajar con Elecnor, un grupo internacional presente en más de 50 países?
Para mí, es un honor que la Fundación IE y la Fundación Elecnor me hayan confiado la responsabilidad de director Académico del Observatorio. Gracias a la excelencia de los profesores de IE y su investigación académica, potenciada a través de las contribuciones de socios externos clave, en el Observatorio generamos conocimiento de vanguardia, que aporte valor a la sociedad y contribuya a luchar contra la corrupción.
Yo provengo del mundo de la empresa y es para mí una obsesión que el resultado de esa investigación académica deba poder traducirse en elementos o instrumentos prácticos y recomendaciones accionables por los compliance officers, que faciliten su desempeño y que ayuden a los directivos a conseguir sus resultados económicos al tiempo que generan un impacto positivo en la sociedad. En este sentido, Elecnor es un socio óptimo debido a su comprensión de los riesgos a los que se enfrentan las empresas a lo ancho del planeta y su apoyo a las distintas iniciativas es constante.
¿Cuáles son los elementos en materia de compliance en los que las empresas españolas destacan positivamente? ¿Cuáles son los puntos débiles?
Desde la introducción de la responsabilidad penal de la persona jurídica en nuestro ordenamiento en 2010 y la posterior reforma del Código Penal en el 2015, ha nacido una nueva disciplina, el “Compliance Penal”. Este concepto ha surgido para asegurar que las organizaciones implementen controles suficientemente efectivos para la prevención, detección y corrección de delitos y de lucha contra la corrupción. Con carácter general, al amparo de esta nueva legislación, las personas jurídicas podrán obtener la exención de su responsabilidad penal mediante la implementación de modelos efectivos de organización y gestión o, en otras palabras, programas efectivos de cumplimiento, que permitan la prevención y detección de delitos.
La implementación de programas de cumplimiento generalmente no es obligatoria, aunque es un requisito necesario para obtener una exención de responsabilidad penal en el caso de que se haya cometido un delito, directa o indirectamente, a través de la persona jurídica.
Existe un cierto consenso entre reguladores, jueces, fiscales, académicos y profesionales acerca de que, difícilmente, se conseguirá implantar un programa de cumplimiento efectivo sin abordar los aspectos culturales de la organización. Esto ha provocado el nacimiento de un nuevo concepto: la cultura de Compliance o de cumplimiento.
¿Y cómo se puede impulsar ese ‘cumplimiento efectivo’?
Para implantar un programa efectivo de “cumplimiento”, muchas empresas están trabajando en crear culturas de “cumplimiento” es decir, culturas corporativas centradas en el respeto por la norma. Esto no deja de ser un avance con respecto a la situación anterior en la cual las empresas se preocupaban más por el fin que por los medios y la capacidad de encontrar atajos se consideraba más una competencia profesional que una temeridad, con independencia de que el atajo pudiese desembocar en el abismo o, dicho de otro modo, en una violación de la ley.
Parece, no obstante, mucho más interesante plantearse la creación de culturas corporativa basadas, no en el miedo por las consecuencias del incumplimiento sino en valores, en las que sus miembros tengan conferida la responsabilidad de autoanálisis, sopesando sus obligaciones y responsabilidades individuales con relación a sus responsabilidades profesionales y organizativas antes de aplicar los estándares de decisión y de decidir: una cultura ética.
¿Cómo han evolucionado las políticas de anticorrupción de las compañías españolas en la última década?
El panorama anticorrupción de España ha experimentado cambios significativos desde que se introdujo la responsabilidad penal de las empresas en 2010. No obstante, para crear una cultura ética de la que hablábamos anteriormente, el objetivo de la empresa debe ir más allá del mero cumplimiento normativo, construir un modelo de negocio que busque activamente el impacto social y que, basado en el propósito y los valores fundamentales de la compañía, incluidos la integridad y el respeto, pueda alinearse con los principios y objetivos de los marcos de referencia internacionales, como el Pacto Mundial o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos.
En su opinión, ¿cómo influye la implicación del equipo directivo a la hora de alcanzar este objetivo?
En mi experiencia, el principal desafío en la implementación de programas efectivos de cumplimiento ha sido la falta de sensibilidad por parte de la gerencia y de los consejos de administración para hacer lo correcto y la prioridad de la empresa por los resultados a corto plazo y el valor para el accionista antes que la contribución de la organización a la sociedad.
En mi opinión, se está lentamente desarrollando una conciencia en las organizaciones respecto a la conveniencia de implantar sistemas de gestión de compliance porque “es lo correcto”. El panorama está cambiando y tanto los Consejos de Administración como los fondos de inversiones son cada vez más sensibles y más exigentes respecto a la agenda ESG (Environment, Social & Governance), o de Sostenibilidad.
En el informe elaborado por IE y el Observatory on Sustainable Compliance Cultures se analizan las culturas de compliance y sostenibilidad. ¿De qué forma ambas están conectadas?
Nuestro primer estudio “Radiografía de la cultura de compliance sostenible en las pymes” buscó conocer la penetración de los valores de compliance y sostenibilidad en la pyme mediante el análisis de los factores dinámicos que pueden explicar el desarrollo de una cultura de compliance y sostenibilidad en la pyme española.
Una de las principales conclusiones del informe fue que las políticas corporativas tienen un escaso efecto en el desarrollo de los valores de la organización: su implantación no influye necesariamente en las creencias de los empleados en cuanto a cómo debe ser el comportamiento adecuado en circunstancias relacionadas con compliance o sostenibilidad. En cualquier caso, ambos factores generan un “efecto cruzado”, aunque las políticas de sostenibilidad influyen más en compliance que al revés.
Otro elemento a destacar es que la seguridad psicológica, es decir, que los empleados se sientan confiados a la hora de reportar algún tipo de comportamiento inadecuado con respecto al buen gobierno o la lucha contra la corrupción, afecta positivamente a los valores relacionados con sostenibilidad y compliance.
¿Cuáles diría que son los principales retos a los que deben hacer frente las empresas españolas en materia de sostenibilidad?
La presentación de información no financiera está aumentando en la mayoría de los países en desarrollo debido al hecho de que (i) las grandes empresas están sujetas a requisitos de información no financiera y (ii) las organizaciones, en general, han entendido la conexión entre sus actividades ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y su impacto en el logro de su propósito y estrategia y, en general, en la sociedad en general.
La presión para reportar información sin un sentido claro a largo plazo de cómo las empresas deben abordar el desafío de la sostenibilidad puede desviar la atención del CEO y la junta de sus responsabilidades principales. Sin embargo, un estado de información no financiera realizado conscientemente es, no sólo una estupenda herramienta de gestión que ofrece información valiosa a directivos y empleados sobre las situación actual y oportunidades de impacto en las áreas reportadas, sino una oportunidad de establecer un diálogo co-creativo con empleados y otros grupos de interés respecto al papel de la organización en la sociedad y su propósito.
¿Cuál es la posición de las empresas españolas en sostenibilidad si se comparan con las empresas de los países del entorno?
De acuerdo con el “Índice de riesgo y rendimiento de la sostenibilidad empresarial 2021” de EcoVadis, un proveedor de calificaciones de sostenibilidad empresarial con gran credibilidad a escala mundial, las empresas españolas han superado la media europea en cuanto a sostenibilidad y responsabilidad social corporativa. Las organizaciones españolas han obtenido una media de 52,9 puntos sobre 100, por delante de los 52,5 de media en Europa. En este sentido, hay empresas, como Elecnor, que están trabajando de manera intensa no solo en implantar internamente las mejores prácticas de compliance, sino también en un compromiso de divulgación a la sociedad.
Las pymes son las principales responsables de estos resultados, sobre todo gracias a una mejora de casi 3 puntos respecto a la media de 2019, que se ha situado en 53 puntos este año. Las grandes empresas también mejoran, aunque a un ritmo inferior, hasta alcanzar los 52,1 puntos.
Este artículo fue publicado en ABC el 18 de febrero de 2022.
Foto: Paul MacManus