Celia de Anca: Durante su conferencia en IE Business School, usted ha indicado que pretendía transformar el Islamic Development Bank (IDB) para que pasara de ser un banco de desarrollo a convertirse en un banco de desarrolladores. ¿Cuál es esa diferencia, entre ser un banco de desarrollo y ser un banco de desarrolladores?
Ahmed Elkhodary: La primera diferencia es que nos convertimos en una plataforma completamente abierta que conecta a los socios externos al banco y muy pensada para aprovechar el conocimiento y potenciar la financiación. Realmente, son ellos quienes mejor conocen sus necesidades y saben qué tipo de recursos necesitan. De esta forma, potenciamos la sostenibilidad ya que desarrollamos las capacidades sobre el terreno, lo que permite a los socios seguir progresando después de nuestra marcha. Ese es realmente el objetivo de convertirnos en una institución centrada en el desarrollador.
Rediseñaremos las finanzas convencionales para que se alineen con las tendencias de futuro que apuntan a soluciones disponibles virtualmente.
Celia de Anca: Resulta muy interesante y, en este sentido, me gustaría conocer más acerca de la plataforma tecnológica que ha anunciado que están desarrollando en el IDB y que permite transformar el papel de las finanzas en este ámbito. ¿En qué consiste esa propuesta para el mercado?
Ahmed Elkhodary: Básicamente, eso nos lleva a configurar un cuarto sector en la sociedad. Además del sector público, el sector privado y la sociedad civil, estamos pensando en hacer crecer un cuarto sector, el de los desarrolladores. Nuestra plataforma es una oportunidad para que las personas que entienden las restricciones reglamentarias y que integran ese cuarto sector nos digan cómo debemos llevar a cabo el desarrollo. El IDB está abierto a escuchar al mundo, ya que, para nosotros, es mejor y más sostenible trabajar con la enorme cantidad de expertos que hay en el entorno. Esta plataforma dirigirá la agenda del IDB. Las ideas y soluciones que se presenten en ella serán la principal fuente de aportación para todas nuestras políticas de financiación. De esta forma, permitiremos que nos marquen prioridades y nos ayuden a encontrar los desafíos, en lugar de decir cómo debería ser la financiación desde nuestras sedes centrales. Así es como queremos hacerlo.
Debemos aprovechar todas las nuevas tecnologías para desarrollar las finanzas del futuro.
Celia de Anca: ¿Cómo va a afectar esta estrategia al futuro de las finanzas islámicas?, porque, como usted sabe, crea cierta controversia con partidarios, pero también detractores. ¿Cómo ve el papel de las finanzas islámicas en el futuro?
Ahmed Elkhodary: Lo que pretendemos conseguir es un cambio de paradigma en las finanzas islámicas, un salto de generación. En el pasado, las finanzas islámicas han jugado al empate y, de alguna manera, han estado compitiendo en el mismo mercado en el que estaban las finanzas convencionales. Nuestra estrategia es salir de ahí, aprovechar lo “no financiable”, establecer nuestra propuesta de valor en estos campos en los que no hay nadie, cultivarlos y ofrecer esta solución con impacto social. A partir de aquí, rediseñaremos las finanzas convencionales para que se alineen con las tendencias de futuro que apuntan a soluciones disponibles virtualmente. Debemos aprovechar todas las nuevas tecnologías para desarrollar las finanzas del futuro.
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