La disponibilidad y el acceso a los datos han experimentado una explosión sin precedentes en los últimos años, cuyo potencial necesitamos asimilar y desplegar.
El big data es la intersección de estrategia de negocio y ciencia de los datos, ofreciendo nuevas oportunidades para la creación de ventajas competitivas. Permite a las empresas utilizar los datos como un activo estratégico, disponiendo de información relevante en tiempo de decisión para erradicar procesos operativos ineficientes, mejorar la experiencia de los clientes, sacar provecho de nuevos mercados, etc.
Para muchas empresas y negocios, el big data es ya hoy la ruta crítica para desarrollar nuevos productos, servicios y modelos de negocio que con toda seguridad va a ocupar, cada vez más, una gran parte de la agenda de los directivos y sus equipos.
El viaje hacia el big data comienza lleno de curvas. Las siguientes etapas siempre van a ser imprevisibles, pero las oportunidades van a aparecer en el camino. Los datos están en el corazón de la transformación digital y la revolución está en poder capitalizarlos, aprovechar el valor que aportan para entender mejor qué está sucediendo y, sobre todo, poder predecir qué es lo que va a pasar y prescribir lo que debe hacerse. Esto permitirá la optimización y la generación de oportunidades de negocio y nuevas fuentes de ingresos.
Todas las decisiones que toma el profesional de una organización en el día a día se pueden mejorar gracias a los datos. Por eso es importante generar una cultura del valor del dato y, con ello, capitalizar las oportunidades que hay dentro de la propia compañía, pero también las que surjan en el entorno. Con el cloud (la información en la nube) y las nuevas soluciones tecnológicas, el big data se ha democratizado y presenta oportunidades para empresas de cualquier tamaño. Actualmente, en lugar de tener multitud de bases de datos inconexas, se evoluciona hacia modelos en los que el universo de información esté integrado, quizá con mucho menos orden, pero con una base común de la que poder extraer lo que se necesita en cada momento.
Hay que pensar ya sin límites de volumen, de estructura, ni de tiempo. De cualquier elemento digital se puede extraer información, por lo que los análisis visuales y la generación de información a través de vídeos o imágenes están ya a la orden del día y lo estarán mucho más.
Con el ‘cloud’ (la información en la nube) y las nuevas soluciones tecnológicas, el ‘big data’ se ha democratizado y presenta oportunidades para empresas de cualquier tamaño.
La nube, un punto clave en la estrategia de ‘big data’
El cloud es un elemento clave que hay que tener en cuenta en la estrategia de big data debido a que hay más datos fuera de las organizaciones que dentro de ellas, pero aún hoy se usan más los datos propios que los externos. Sin embargo, esa balanza va a empezar a cambiar, ya que los datos se almacenan cada vez más en servicios cloud o están disponibles a través de API o servicios externos.
Cuando se plantea una estrategia de big data, se plantea también una elección entre mantener la información en los sistemas propios o recurrir a la nube, donde no hay límites ni barreras y la conexión con cualquier otro origen de datos es directa porque ya se está en el océano de datos.
En la era digital, la velocidad para implementar cambios y modelos de negocio es vital, así como la capacidad de fallar, aprender y corregir. Es muy importante el balance entre la inversión y el gasto operativo, ya que es la forma de evitar restricciones por haber hecho una inversión inicial muy fuerte que condicione una dirección. Hay que tener la capacidad de arrancar un nuevo modelo o negocio y de hacerlo rápidamente, para lo cual las soluciones en la nube facilitan la agilidad en activar una tienda online, una plataforma de big data o una solución de analytics.
‘Analytics everywhere’
El concepto de analytics es la clave de la “operativización” del big data. Su valor está en alcanzar conclusiones y patrones en los datos que permitan predecir eventos y prescribir acciones para generar un impacto positivo en los negocios.
Hasta ahora, la toma de decisiones tácticas o estratégicas no estaba en el día a día, en el minuto a minuto; sin embargo, con la aplicación de soluciones de analytics se puede optimizar cada una de las transacciones y operaciones de negocio casi en tiempo real.
Hacer operativos el big data y el analytics es la auténtica fuente de oportunidades. En cualquier modelo de negocio se debe identificar cómo se puede aplicar la analítica avanzada de datos para mejorar un negocio o para crear uno nuevo a través del conocimiento generado por algoritmos y modelos analíticos. Cualquier punto de un proceso es susceptible de optimización mediante analytics. Embeber la analítica avanzada en la operativa de negocio y, especialmente, en la relación con los clientes es hoy en día una ventaja competitiva, y no hacerlo, una desventaja competitiva a corto plazo.
Dar el salto hacia la revolución de los datos implica también algunos retos, muchos de ellos organizativos: ¿cómo definir el criterio para seleccionar todas las oportunidades?, ¿cómo cuantificar y medir el éxito de estas iniciativas?, ¿cómo y quién debe gobernarlas? y ¿quién es el propietario del dato? Para responder a todas estas preguntas ha emergido una nueva figura en las organizaciones, el chief data officer.
Hacer operativos el ‘big data’ y el ‘analytics’ es la auténtica fuente de oportunidades. En cualquier modelo de negocio se debe identificar cómo se puede aplicar la analítica avanzada de datos para mejorar un negocio o para crear uno nuevo.
Los siete principios de una ‘Insight Driven Enterprise’
Capgemini Insights & Data propone siete principios para incluir en el ADN de una compañía la utilización de los datos. Hay que pensar que son una palanca transformadora y, para ello, es necesario entender el concepto de negocio y tecnológico del que se parte y definir el concepto al que se quiere llegar:
- El primer paso se centra en definir los objetivos de negocio y en centrar los datos y lo digital en un punto importante de esa estrategia.
- A partir de esa estrategia, el segundo paso se dirige a la capacitación tecnológica. No todas las plataformas tecnológicas de las compañías están al día y preparadas para lo que viene, ni están conectadas a fuentes de datos externas y preparadas para absorberlo todo. Tampoco están todas en la nube para poder empezar a capitalizar la información, lo que implica la necesidad de habilitar la plataforma tecnológica para este nuevo modelo, bajo el nuevo paradigma de trabajar “sin límites de volumen ni de tiempo”.
- Establecer el modelo de gobierno adecuado es el objetivo del tercer paso. Hay que tener en cuenta que se va a manejar información de terceros, redes sociales o de posicionamiento y/o de carácter personal de los clientes o de otras cuestiones del negocio, por lo que garantizar la privacidad y la seguridad en su tratamiento y en su gobernanza es sumamente importante, como también lo es garantizar que las ideas que se vayan encontrando se lancen en un entorno de innovación, detectando cuándo falla una para pararla a tiempo. No se encontrará valor en todas las ideas, por lo que este entorno requiere equivocarse rápido para también aprender rápido y cambiar de rumbo. En este sentido, si no hay un modelo de gobierno definido, es posible que la organización reaccione demasiado tarde ante posibles errores.
- El cuarto paso consiste en trabajar la cultura del valor del dato. Cualquier persona en una compañía puede identificar cómo mejorar sus funciones, procesos y decisiones a diario mediante la utilización de los datos.
- El quinto es pensar en el modo de consumo, algo que también es crucial, al haber cambiado la filosofía de usar versus poseer. Este nuevo paradigma ofrece nuevas formas de desarrollar proyectos y de hacer inversiones.
- El sexto paso a dar se dirige a cuantificar en qué medida impacta en la cuenta de resultados el uso de la información y qué porcentaje del negocio ha sido generado a través de la monetización, de la aplicación de la información de los datos. Este debe pasar a ser un indicador más de negocio.
- Y, por último, el uso del conocimiento derivado de los datos debe ser llevado al día a día de cada una de las personas de la compañía y de cada una de las transacciones que se realizan. La verdadera revolución está en reinventar cada uno de los momentos de negocio en los que intervienen las personas, los dispositivos y los datos.
Tecnología + análisis + cambio = optimización
¿Cómo llevar todo esto a cabo? Tres ejes clave son los que es necesario trabajar: tener la tecnología necesaria, enfocarse en el tipo de analytics adecuado e identificar dónde está el valor para cada uno de los business moments. Y, por último, se debe gestionar el cambio y, todo ello, embeberlo en el modelo operativo.
En definitiva, el big data, el analytics y la revolución de los datos permiten transformar las compañías e impactar en sus cuentas de resultados optimizando sus procesos y modelos de negocio existentes, reinventando sus procesos y modelos de negocio y generando nuevas fuentes de ingresos y modelos de negocio.
© IE Insights.
