Las empresas han asumido como cierto el hecho de que los sistemas y tecnologías de la información (SITI) generan ventajas competitivas. Es más, en los últimos años han cobrado protagonismo junto a recursos intangibles como la calidad o la marca, desplazando a otros considerados esenciales en el pasado, como el contacto personal o los precios bajos, que, por sí solos, han perdido parte de su potencial en múltiples sectores.
Sin embargo, la importancia de los SITI en las organizaciones e, incluso, su impacto no solo son complejos de medir, sino que dependen del sector, del momento y del lugar al que hagamos referencia y, en muchos casos, de una serie de elementos que van mucho más allá de la tecnología en sí. De hecho, podemos encontrar numerosos estudios que recogen ejemplos de lo que se denomina “la paradoja de las TI”, que muestran cómo su impacto puede llegar a ser negativo en los resultados de algunas empresas.
Es imprescindible que los profesionales que conforman las organizaciones cuenten con suficientes conocimientos y habilidades para dar un uso más innovador a las tecnologías.
Factores diferenciales
Para obtener una auténtica ventaja competitiva gracias a los SITI es necesario tener en cuenta tres factores: su doble naturaleza, su elevada disponibilidad y su comoditización. Todo ello hace que, para que realmente sean diferenciales en una empresa, requieran elementos adicionales. El más importante: las personas. Veamos cada uno de estos tres factores.
1. La doble naturaleza de los SITI
Los SITI son tanto activos como posibilitadores de capacidades. Por ello, pueden desempeñar varios papeles significativos simultáneamente en una empresa y cada uno de ellos tiene implicaciones sustanciales tanto en los resultados como en las decisiones estratégicas. Esto es así porque la tecnología es un activo, un recurso que se refleja en el balance y que tiene su potencial contribución en la cuenta de pérdidas y ganancias. Así es como la consideran un gran número de empresas cuando valoran e incluso amortizan sus ordenadores o el software que han adquirido.
También son posibilitadores de capacidades, cuyos efectos se reflejan en los ingresos y en los estados financieros, pero no en el balance. La capacidad de una empresa en el ámbito de los SITI incluye las infraestructuras relativas a la tecnología, pero también los recursos humanos con habilidades técnicas y de gestión en esta materia e intangibles como los activos de conocimiento, la orientación al cliente y otros que posibilitan distintas sinergias.
2. La mayor facilidad de acceso a los SITI por parte de las empresas
Durante mucho tiempo, las ventajas competitivas desarrolladas gracias a las capacidades de las tecnologías de la información podían ser sostenidas a lo largo del tiempo ya que se asociaban a unas curvas de aprendizaje que no eran triviales y que representaban un considerable tiempo y esfuerzo que los competidores necesitaban alcanzar. Sin embargo, la madurez alcanzada por gran parte del software utilizado en las organizaciones y la disponibilidad de servicios, habilidades y metodologías de desarrollo están facilitando su introducción no solo en un mayor número de empresas, sino también en un menor período de tiempo.
Por otra parte, el coste de muchas de ellas no era accesible a muchas organizaciones. Sin embargo, en la actualidad, fenómenos como la nube y el pago por uso de las aplicaciones han modificado las reglas de juego.
Por todo ello, el tiempo de las ventajas competitivas desarrolladas gracias a este tipo de recursos se ha visto reducido de forma generalizada, por lo que no basta con adquirir la tecnología antes que los competidores para generar ventajas competitivas, sino que es necesaria una utilización diferencial que es cada vez más difícil dado el tercer factor.
3. La desaparición del elemento diferenciador derivado de la utilización de los SITI
Este factor diferencial está desapareciendo debido a la estandarización y homogeneización que se está produciendo en las aplicaciones de los SITI. Todo ello ha supuesto su normalización de los SITI y ha hecho que sea más fácil para una empresa contrarrestar e incluso superar la capacidad de su competidor. Es más, en algunos casos, la implantación de algunas aplicaciones elimina la diferenciación que algunas empresas tenían respecto a sus competidores al someterla a la “tiranía” de los procesos y las formas de hacer que el desarrollador del sistema o el implantador considera buenas prácticas ante la falta de tiempo y dedicación de los responsables de las empresas.
Para obtener una auténtica ventaja competitiva gracias a los SITI es necesario tener en cuenta tres factores: su doble naturaleza, su elevada disponibilidad y su comoditización.
Un uso más innovador
Como consecuencia de ello, las ventajas competitivas basadas en los SITI tienen una vida cada vez más corta o, como defienden muchos, pueden desaparecer si no están acompañadas de otros recursos, como una estructura organizativa efectiva, una cultura productiva y suficientes habilidades para apalancar las necesidades del negocio en los activos de las tecnologías de la información. Unas capacidades superiores en tecnologías de la información deberían, por tanto, ir acompañadas no solo de inversiones en activos tangibles, sino también, entre otros, de profesionales con las habilidades adecuadas y personas más emprendedoras que desarrollen mejores ideas para un uso innovador de las tecnologías.
Es imprescindible que los profesionales que conforman las organizaciones cuenten con suficientes conocimientos y habilidades para dar un uso más innovador a las tecnologías, que, en sí mismas, cada vez se parecen más a una commodity. Además, la automatización y estandarización de muchos procesos está poniendo de manifiesto que la auténtica diferenciación de una empresa depende todavía más del equipo humano que la integra.
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