Lo primero que influye en la decisión de invertir o no en un proyecto es el equipo. Un primer factor a valorar en él son sus habilidades, que es mejor que sean complementarias para así cubrir el arco de necesidades posibles en el proyecto y para que los profesionales se complementen entre sí.
El segundo factor importante va más allá de sus capacidades técnicas, para valorar si sus miembros cuentan con la suficiente pasión y motivación para trabajar en equipo.
El tercer requisito se centra en los recursos y contactos que pueda tener, a través de compañeros, que lo hagan destacar.
Las ideas no cobran vida sin recursos
El segundo aspecto a tener en cuenta en la puesta en marcha de un negocio digital es el tamaño del mercado al que se dirige. La idea es muy importante, pero también los recursos que se tienen para lograr obtener éxito con ella, en términos de conocimientos o de contactos.
Una buena manera de empezar es una sesión de design thinking, que se puede resumir, básicamente, en empatizar con el problema que pueda afrontar, para a continuación definir cómo se puede resolver y desarrollar un prototipo para presentarlo a un nicho de clientes y obtener su feedback.
En este proceso, es bueno generar todas las ideas posibles y no enamorarse a la primera. Hay que estar preparado para aceptar unas y descartar otras, y no tener miedo al fracaso.
La idea es muy importante, pero también los recursos que se tienen para lograr obtener éxito con ella, en términos de conocimientos o de contactos.
Clientes, plataformas e inversión
Una vez que se ha diseñado a quién se dirige el servicio o el producto B2B (business-to-business) o B2C (business-to-consumer), se pasa a las siguientes fases. La estrategia es muy diferente si el producto se dirige al consumidor o si va dirigido a las empresas.
En el aspecto de la financiación, hay varias opciones. Una de ellas es el bootstrap, en el que se comienza sin ningún tipo de inversión. Esta se alcanza con la venta de los primeros productos, que servirá para ir mejorando la calidad de los siguientes e ir evolucionando y creciendo poco a poco. En este modelo no contar con costes fijos es una ventaja.
Otra posibilidad es el crowdfunding, que puede basarse en las compensaciones o en acciones y que es útil si se cuenta con buenas conexiones en plataformas de este tipo.
Los angels investors, por su parte, proporcionan capital para desarrollar el negocio, siempre y cuando constaten que detrás de una idea hay un producto o servicio.
Es bueno generar todas las ideas posibles y no enamorarse a la primera. Hay que estar preparado para aceptar unas y descartar otras, y no tener miedo al fracaso.
Las patentes y la tecnología
Hay algunos aspectos legales que también hay que tener en cuenta cuando se inicia un negocio. Entre ellos se encuentran los relacionados con la protección de IP, las patentes o los descargos de responsabilidad legal. Atención a las políticas de cookies, las leyes de privacidad o la ubicación de los datos, entre otros.
En el apartado tecnológico, un aspecto a considerar es que ya no es necesario diseñar una versión para móvil y otra para ordenador, ya que hay formas ágiles de adaptación para ambos soportes, sin necesidad de códigos específicos, especialmente cuando se tienen pocos recursos.
El almacenamiento en la nube es igualmente asequible, ya que hay proveedores que pueden proporcionar a las start-ups lo que necesitan, a costes reducidos, pagando en función de lo que usen.
Asimismo, algunas herramientas útiles, como Google Analytics, proporcionan datos valiosos de los que extraer información. Se trata de información muy relevante sobre el tráfico de los clientes, lo que ayuda a saber dónde invertir.
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