Si a principios de año hablábamos sobre el futuro del empleo, cuatro meses después, el mundo se ha vuelto cien por cien digital y la conversación ha pasado a centrarse en el futuro de los viajes. Todos somos conscientes del impacto del COVID-19 en el turismo, pero también lo somos de la probada resistencia del sector, que, tras el SARS de 2003 y la crisis financiera de 2009, experimentó una década completa de continuo crecimiento. En este momento, esperamos que, una vez más, sea el impulsor de la recuperación, de la mano de los ecosistemas de innovación global.
Las startups permiten a la sociedad beneficiarse de los nuevos avances en un tiempo más corto y la conexión de sus proyectos con venture capital garantiza su implementación. Este flujo de conocimientos e inversiones constituye un nuevo paradigma para la introducción de tecnologías avanzadas en los planes de recuperación turística tanto de países como de empresas.
El sector más humano
Con 1.500 millones de turistas, el turismo es el sector económico más humano y uno de los mayores generadores de empleo, en el que mujeres, jóvenes, pymes y minipymes desempeñan un rol muy importante. Su probada resistencia frente al cambio es otra de sus capacidades, claramente probada con la llegada de Internet, momento en el que empezó a generar pautas para la transformación digital y con ello favoreció su crecimiento exponencial. Seguidamente, el boom de las empresas puntocom en los noventa rompió las tradicionales cadenas de valor, eliminando intermediarios para acercar al consumidor al hotel, a la línea aérea y a los paquetes de viajes.
Otra gran disrupción se produjo con las agencias de turismo online (OTA), que logran integrar de manera masiva los paquetes turísticos, rompiendo de nuevo los esquemas del sector y liderando el camino hacia la transformación digital. La tercera disrupción se produjo hacia 2010 con las empresas de innovación exponencial que aceleraron enormemente el ritmo de crecimiento. Empresas como Airbnb o Uber ofrecen, a través de la economía colaborativa, propuestas mucho más económicas y personalizadas, lo que obliga a las empresas del sector privado a trabajar con startups desde la innovación abierta para generar un turismo más eficiente.
Las ‘startups’ permiten a la sociedad beneficiarse de los nuevos avances en un tiempo más corto y la conexión de sus proyectos con ‘venture capital’ garantiza su implementación.
Un sector optimista
Las oportunidades también se pueden observar desde el escenario de crisis actual, en un entorno cien por cien digital que lo que ha hecho no ha sido sino acelerar exponencialmente los retos ya existentes.
El primero de estos retos es el exceso de turismo (overtourism), que denota una sobrecarga de la capacidad de los destinos. Esto ha hecho que países como España, Italia, los Países Bajos y otros destinos turísticos trabajen en la generación de un turismo más responsable, generador de mayor valor añadido y menos invasivo en el día a día de los ciudadanos.
La creación de empleo es el segundo reto en el que se venía trabajando, de forma que la cualificación y los perfiles, mayoritariamente situados en la base de la pirámide, asciendan a través de la formación. Ciberseguridad, big data, analytics, márketing digital o data science vienen siendo perfiles muy tímidos en contratación, pero que hoy se vuelven obligados. En esta cualificación, la Tourism Online Academy, impulsada por la Organización Mundial del Turismo (OMT) e IE University, cobra una especial importancia en la formación de los perfiles profesionales que hoy requiere el sector.
Otro de los retos es la innovación abierta, un área en la que startups, corporaciones y gobiernos deben trabajar conjuntamente para la búsqueda de soluciones. Países como Estados Unidos, Israel, China, España o Francia ya están avanzando en esta línea a través de la creación de ecosistemas globales de innovación. Un ejemplo lo constituye la colaboración entre Emirates, la Dubai Tourism Authority y una empresa desarrolladora de test rápidos de COVID-19 para el desarrollo de soluciones que hoy tanto se requieren en este ámbito.
Recuperar la confianza es posiblemente el reto más importante que tiene un sector del turismo que se reinventa y en el que es necesario organizar protocolos de seguridad y salud pública homogéneos.
Más sostenible, accesible e inclusivo
En este escenario de exponencial aceleración de los retos que ya tenía el sector, la OMT lidera este proceso en la búsqueda de un turismo más sostenible, accesible e inclusivo. Si con anterioridad ya era imperante desarrollar nuevas experiencias, nuevas historias y, sobre todo, nuevas propuestas turísticas desde los territorios rurales, el COVID-19 ha acelerado este reto. No en vano, la OMT ha declarado 2020 el Año del Turismo y Desarrollo Rural.
Realmente creemos que acelerar nuevas empresas mejorará los procesos y las nuevas formas de impactar positivamente en la cadena de valor del sector. Crear destinos inteligentes es clave para el desarrollo a corto y largo plazo. Tomar decisiones basadas en datos y utilizar la inteligencia artificial, el blockchain, el IoT, la realidad aumentada o la geolocalización permitirá a los viajeros recuperar su confianza en los viajes con la seguridad de que la reapertura de las fronteras y las empresas está basada en criterios técnicos.
En este sentido, la convocatoria global Healing Solutions for Tourism Challenge lanzada por la OMT busca los proyectos más innovadores para garantizar estándares de higiene óptimos, un tejido empresarial sólido y unos destinos fortalecidos para recibir a los viajeros.
Debemos aprovechar este momento para seguir innovando en productos turísticos con una segmentación más profunda. Es el momento de fortalecer el turismo ecológico y natural, incluyendo áreas como la observación de aves o el disfrute de propuestas de otros sectores, como, por ejemplo, el de la agricultura, en torno al vino o al café.
La promoción turística debe también ser inteligente, con un márketing dirigido a motivar a las personas a viajar después de la crisis, así como a comunicar las medidas de seguridad que se ofrecerán tan pronto como se abran los destinos.
Recuperar la confianza es posiblemente el reto más importante que tiene un sector del turismo que se reinventa y en el que es necesario organizar protocolos de seguridad y salud pública homogéneos. Estamos seguros de que tendremos un turismo renovado, en el que la innovación y la tecnología seguirán desempeñando un papel central. Apoyar a las startups y a todas las empresas del sector es clave para respaldar a todo el espectro de sectores económicos que perciben los beneficios del turismo.
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