Los escenarios de incertidumbre o de recesión constituyen esos momentos en los que los consejos de dirección deben mostrar su verdadero compromiso. Tomar las medidas necesarias a corto plazo y planificar la actuación ante posibles derivadas a medio y largo plazo es un ejercicio crucial en el que los miembros del consejo deben demostrar su valía y en el que es necesario hacerse las preguntas adecuadas.
Su papel consiste en acompañar a la dirección en el liderazgo en un momento de turbulencia extrema, al tiempo que se traza el rumbo para el futuro. En las crisis a gran escala, nuestras empresas necesitan las mejores ideas y consejos de sus juntas directivas.
Una gran estrategia siempre procede del planteamiento de preguntas elegidas con precisión. Por tanto, ¿qué preguntas deben hacerse los miembros del consejo de dirección?
Las juntas directivas deben preguntarse sobre posibles imprevistos y asegurarse de que la dirección también tiene en cuenta un escenario con un doble desastre.
Desde el escenario actual
Prácticamente todos los negocios han sufrido una caída de ingresos relacionada con la crisis del coronavirus. Buena parte del talento trabaja en remoto al tiempo que reina una gran incertidumbre en los mercados. Las preguntas que cabe hacerse en este momento se refieren a diferentes ámbitos. ¿Nuestro personal goza de salud? ¿Nuestros lugares de trabajo son higiénicos? ¿Cómo mitigamos el contagio?
Otro grupo de preguntas que hay que hacerse son ¿cuánto estamos dispuestos a apoyar a nuestros trabajadores mientras estamos sin trabajo? o, si la pandemia presenta nuevos brotes, como parece preverse, ¿cómo haremos frente a las recurrentes oleadas de enfermedades de los trabajadores durante los próximos seis o doce meses? No todos podemos ser Apple o Amazon, con montañas de efectivo y planes supergenerosos para quedarse en casa, pero todos queremos hacer lo mejor. Estas no son solo decisiones a corto plazo, por lo que es necesario atender a las perspectivas que presentan los pronósticos sanitarios para realizar una planificación en la empresa.
No olvidemos también cuestionarnos qué podemos hacer para apoyar a la comunidad en general mientras lucha por responder a la crisis. Muchas organizaciones colaboran con comedores públicos, ayudan a los desempleados y buscan nuevas formas de dar respuesta a los problemas del entorno en el que desarrollan su actividad.
El plano financiero
¿Recuerdas el crash de 1987? Fue entonces cuando “el efectivo es el rey” se convirtió en el mantra para las empresas que luchaban por recuperarse. Efectivamente, los comités de dirección de todo el mundo deben analizar la posición de efectivo de sus empresas. Cuando los tiempos son difíciles, ningún activo es mejor que el efectivo, y las preguntas de seguimiento se vuelven fundamentales para mantener viva la empresa. ¿Cuál es nuestra posición de efectivo? ¿Estamos generando efectivo o lo estamos gastando? ¿Qué sucede con el efectivo en caso de una nueva disminución de los ingresos? ¿Tenemos fuentes adicionales de liquidez? ¿Cuáles son nuestros costes fijos mensuales y cuánto podemos reducirlos en caso de una disminución prolongada de los ingresos? Si los ingresos siguen siendo bajos durante algunos trimestres, las empresas deben encontrar la manera de alcanzar el equilibrio. Marks & Spencer, por ejemplo, ha solicitado a los propietarios de los inmuebles la suspensión temporal del alquiler. ¿Tal vez nosotros también deberíamos hacerlo?
No obstante, si la situación es ya de por sí complicada, pensemos siempre que aún puede ir a peor. ¿Estamos preparados para que algo más salga mal: un desastre natural, el robo de datos o cualquier otro incidente no relacionado?
Las juntas directivas deben preguntarse sobre posibles imprevistos y asegurarse de que la dirección también tiene en cuenta un escenario con un doble desastre.
Es necesario atender a las perspectivas que presentan los pronósticos sanitarios para realizar una planificación en la empresa.
El valor de la experiencia
¿Cuánta experiencia en recesiones y crisis tenemos en nuestra dirección? Esta es una gran pregunta en unos días en los que los directivos de probada experiencia demuestran su valía. La cualidad más importante del líder de una organización en momentos así es la capacidad que ha podido desarrollar después de muchos años de estar en primera línea: bajo estrés, siendo responsable, lidiando con las crisis y prosperando frente a ellas. Es en momentos como estos cuando la sabiduría acumulada vale la pena.
Todos los consejos de dirección serán puestos a prueba en los próximos trimestres. Este es un momento álgido en el que deben demostrar el valor de su función. Los mejores se harán todas estas preguntas e incluso algunas más.
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