Las personas son el activo más importante de las organizaciones. No hay duda. De su pasión y compromiso dependen en gran medida el desempeño y los resultados de las empresas.
Por ello, una de las funciones más importantes de los departamentos de recursos humanos consiste en crear un clima de trabajo positivo, acompañado de una cultura corporativa que permita a los profesionales conectar sus objetivos personales con los de la empresa y vivir las vidas que anhelan. El mayor rendimiento vendrá como resultado de encontrar un propósito en el desarrollo de sus funciones y ver la conexión entre su trabajo y los objetivos de la compañía.
Sin embargo, las estadísticas arrojan unos datos poco halagüeños: según informes de Gallup, menos de uno de cada tres profesionales en Europa está comprometido con sus funciones. La lectura inversa de estos datos ofrece una triste realidad: significa que al menos el 65 % de los trabajadores acude a sus puestos de trabajo en cuerpo, pero no en mente. Su compromiso con la empresa y con sus funciones es escaso o nulo.
El área de recursos humanos tiene, por tanto, ante sí el importante reto de reinventarse aprovechando los datos disponibles y utilizándolos para desafiar a los individuos a realizar un trabajo con propósito, permitiéndoles asociarse en equipos positivos en lugar de imponer un comportamiento individualista que impide que las personas y los equipos brillen. Mientras que las áreas de márketing, ventas o logística han virado ciento ochenta grados para poner el foco en el cliente y han mejorado su rendimiento gracias al uso de datos y de tecnología, el área de recursos humanos debe hacer un esfuerzo en este sentido. Debe cerrar la brecha que existe en la actualidad para situarse en el lugar que le corresponde al lado de la junta directiva y convertirse en una verdadera palanca al servicio del negocio.
Una de las funciones más importantes de los departamentos de recursos humanos consiste en crear un clima de trabajo positivo.
Reconquistar a las personas: algunos hitos
El proceso de desconexión de los trabajadores con la empresa se produce desde el mismo instante en el que se define la carrera profesional, tradicionalmente vista como si se tratara de una escalera que hay que subir peldaño a peldaño hasta el final de la vida activa. De hecho, no son raras las empresas que despiden a aquellos que se niegan a seguir este modelo de desarrollo. Actualmente, el concepto de carrera profesional va cambiando para dar cabida a otro tipo de itinerarios más abiertos, que permitan a las personas desarrollar una función determinada y mañana afrontar otro reto en un departamento distinto.
Las técnicas habituales en la gestión de las personas se han basado, tradicionalmente, en el cumplimiento (compliance) y en la descripción de los puestos de trabajo, fomentando muchas veces un desarrollo individual y en silos de las funciones de cada trabajador, sin relación alguna con las tareas desarrolladas por el resto de sus colegas. En muchas ocasiones se establecen en un departamento objetivos que chocan con las metas marcadas en otro con el que debería relacionarse. Por no hablar de los sistemas de retribución, basados en un desempeño medio estándar y en la propia descripción de los puestos de trabajo, tan vaga como replicable en el 90 % de las empresas. ¿Cómo aportar valor al negocio con esta estandarización que no tiene en cuenta el verdadero potencial de un profesional ni sus verdaderas expectativas?
Algunas compañías han encontrado la clave. Un ejemplo de buenas prácticas lo ofrece una empresa dedicada al mundo del entretenimiento y de los videojuegos, en la que los propios profesionales elaboran un manual para los trabajadores, que van actualizando progresivamente. Sus objetivos son colectivos y no tienen superiores jerárquicos: cada uno es responsable de su función, con la vista puesta en la meta colectiva. Todas las mesas de los trabajadores disponen de ruedas, con un doble propósito: por un lado, eso les permite moverse a cualquier lugar de la empresa, para desarrollar un trabajo con un equipo distinto y para un proyecto concreto, y, por otro, les recuerda que pueden cambiar su punto de vista.
Otra función básica del departamento de recursos humanos es la contratación de los mejores, es decir, aquellos que realmente encajan en la organización. Cuando un candidato es seleccionado, su grado de compromiso está en uno de los niveles más altos. Sin embargo, puede transcurrir un lapso de tiempo más o menos largo hasta su ingreso efectivo. Son pocas las empresas que desarrollan una comunicación eficaz durante este tiempo y, como resultado de ello, el grado de compromiso comienza a mermar desde ese instante. Si, como es habitual, la organización no dispone de un buen protocolo de entrada, con orientación y formación inicial, su grado de entusiasmo se verá nuevamente afectado.
Cada organización puede diseñar nuevas técnicas que aporten un verdadero valor al negocio y sitúen el departamento de recursos humanos en las más altas esferas de decisión.
La tecnología y el ‘fitness’ del comportamiento
Desde el momento en el que un profesional entra en el lugar de trabajo hasta que sale, se producen infinidad de interacciones, reuniones, intercambios de información con un colega, etc., que impactan en su comportamiento.
Elevar el grado de compromiso de los profesionales y ayudarlos a generar unos comportamientos más productivos y eficaces requiere algo más que un proceso formativo de dos días. Es necesario descender al detalle y ser consciente de forma individual de cuáles son esos comportamientos o actitudes que afectan al equipo. Disponer de información y de feedback constante a este respecto es de gran ayuda para ejercitarse en dicha mejora.
Las nuevas tecnologías han hecho posible el desarrollo de un dispositivo sociométrico que proporciona información detallada sobre el desempeño tanto individual como del equipo. Se sabe que un buen equipo se caracteriza por el equilibrio entre la escucha y la participación de sus miembros; por la cohesión, en la que el lenguaje corporal es fundamental; y porque las personas hablan las unas con las otras en lugar de dirigirse al jefe. Aspectos como la orientación corporal a la hora de tomar la palabra, la inflexión de los tonos de voz, la participación activa, la escucha, etc. pueden ser registrados mediante este dispositivo, lo que permitirá valorar el éxito de las reuniones y la evolución del grupo, así como la de cada uno de sus integrantes.
Mediante un cambio en el enfoque y la ayuda de las nuevas herramientas tecnológicas, desde recursos humanos es posible reconquistar a las personas e influir en la creación de un clima de trabajo adecuado, en el que los profesionales sean los responsables de generar comportamientos positivos que ayuden al desempeño del equipo. Con unas dosis de creatividad, cada organización puede diseñar nuevas técnicas en este sentido que aporten un verdadero valor al negocio y sitúen el departamento de recursos humanos en las más altas esferas de decisión. La tecnología es un facilitador para alcanzar el fin deseado de conectar a los empleados con el objetivo de la compañía. Prestar una verdadera atención a los trabajadores e invertir en su felicidad y en trabajos con propósito son los que realmente cambian las reglas de juego.
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