Es indudable que la comunicación es el alma mater de un Dircom. Comunicando transmitimos mensajes explícitos, pero en ese proceso también transmitimos otros muchos aspectos implícitos: valores, coherencia, transparencia, dudas o sentimientos. Por tanto, no es sencillo asegurar que absolutamente todos los canales de los que dispone la empresa transmitan el mismo mensaje, de la misma forma y con el mismo fondo. Lo que decimos y cómo lo decimos definirá cómo nos ven e incluso el éxito de nuestra estrategia de comunicación.
Los seres humanos hemos tratado de crear interfaces conversacionales desde los anales de la historia, tratando de responder preguntas conocidas e incluso imaginando máquinas que dieran respuesta a dudas existenciales que ni nosotros mismos podemos resolver. El considerar o no como comunicación las conversaciones entre una máquina y un humano podría abrir un debate ético. Sin embargo, nuestro objetivo es que el receptor humano llegue a sentir que está en una conversación a pesar de saber que el interlocutor no es más que un programa informático. La automatización de la comunicación, a través del uso de los chatbots o las soluciones conversacionales en formato texto, nos puede ayudar a homogeneizar nuestros mensajes. Además, nos ayudará a mejorar la gestión de la comunicación interna y externa de la empresa a nivel global, de forma automatizada pero también personalizada, dando el toque humano que el receptor espera de nosotros. Es por eso que los chatbots son otra forma más de comunicar que, en el siglo XXI, debemos tener en cuenta, entender y, sobre todo, aprender a usar.
Muchos pensarán que los beneficios que pueden llegar a aportar no son suficientes en comparación a los contras. Pero, lo más importante, como en todo proyecto, es que sepamos que queremos lograr. Actualmente el nivel de precisión de soluciones basadas en tecnología conversacional es realmente impresionante y las conversaciones que pueden llegar a mantener sorprenderían al más escéptico, pero los chatbots deben ser usados dentro del contexto conversacional elegido y no como asistentes genéricos para todo tipo de usos. Si nos posicionamos como detractores, ya habremos pensado en algunos ejemplos del presente y del pasado que no cubrieron las expectativas. Por ejemplo, el molesto Clippy, el asistente de Microsoft Office del final de los años 90 que aparecía sin razón alguna en mitad de nuestros documentos, o todas esas veces que hemos recibido el “Creo que no te entiendo” de Siri (o asistentes similares). Sin embargo, la realidad es que los beneficios son numerosos y están cada vez más presentes en las empresas a todos los niveles:
Hay una larga lista de beneficios que podemos llegar a obtener a través de las tecnologías conversacionales, pero sin una base adecuada y la comprensión de las posibilidades que ofrecen no podremos sacarle el máximo partido y asegurar el éxito de nuestra estrategia.
Esto y mucho más, desde una vertiente siempre práctica, será el foco del módulo de Chatbots del Programa Superior de Comunicación que organiza el IE y Dircom para asegurar que sus profesionales están preparada para entender la tecnología y aplicarla a su función.
Susana Duran
Directora de Emerging Tech & Mobile en Sage y Profesora del Programa de Dirección en Comunicación Corporativa y Management del IE