La generación de oportunidades proviene de aprovechar al máximo los cambios que se producen en el entorno. En tiempos de disrupción, como el que vivimos actualmente, cualquier pequeña transformación puede suponer una gran ventaja. Debemos estar alerta para no quedarnos fuera de juego.
La figura del director de comunicación lleva años fraguándose para convertirse en pieza clave dentro de compañías e instituciones. Hoy en día se han difuminado los cometidos de la profesión, lo que ha provocado cierta inquietud por saber hacia dónde se dirige.
No obstante, nos encontramos en el momento perfecto para evolucionar y dar un paso decisivo en la profesión. Los tiempos cambian y nuestra función es ahora mucho más transversal, lo que conlleva un nivel de dedicación absoluto, salir de nuestra zona de confort habitual de forma constante y adentrarnos en un mundo cada vez más digital y con menos fronteras.
Uno de nuestros retos a los que nos enfrentamos día a día consiste en lograr que la comunicación forme parte, cada vez más, de la toma de decisiones estratégicas. El dircom es la voz más autorizada para comentar aspectos referentes a los intangibles, la reputación, la licencia para operar o la escucha social, factores imprescindibles hoy para el desarrollo de la cuenta de resultados.
Es por ello que el directivo de Comunicación tiene que mejorar la parte ‘dir’ haciendo valer al tiempo la del ‘com’. Es fundamental hablar un lenguaje con el que se entienda con otros directivos sobre la contribución de su trabajo al desarrollo del negocio o de cómo se traducen sus funciones en valores tangibles e intangibles para la compañía.
Más que nunca, medir el resultado de nuestro trabajo nos ayuda a demostrar el valor estratégico que tiene la Comunicación. Pero debemos dar un paso más en los indicadores habituales, centrándonos, por ejemplo, en cómo ayudamos a retener o captar el talento en la empresa o cómo se modifica el valor de las compañías que apuestan por un comportamiento socialmente responsable y además saben contarlo.
Otro de los retos que afrontamos es el de reforzar el rol del dircom como agente de cambio social. Como profesionales debemos dar ejemplo de las acciones que siempre hemos querido que nuestras organizaciones comuniquen, y tomar parte para que se lleven a cabo. Tenemos una magnífica oportunidad de ser agentes promotores de la inclusión en todos sus aspectos, y apostar por el desarrollo de la sostenibilidad, la igualdad o la diversidad.
Solo siendo conscientes de los retos que nos quedan por asumir podremos tomar las medidas necesarias para que se desarrollen proyectos que apuesten por esta diversidad e inclusión tan necesaria para el enriquecimiento de las compañías.
Por último, y ya lo mencionaba al inicio, el impacto digital que vive nuestra profesión nos obliga a tener que estar un paso por delante de las tendencias. La anticipación debe ser un elemento intrínseco en el día a día del cualquier directivo, y nosotros tenemos que estar bien equipados para “escuchar” los cambios que vienen. Nuestra capacidad de adaptación, junto a unas continuas ganas de seguir aprendiendo, son elementos imprescindibles para los profesionales de la Comunicación del mañana.
Y para ser capaces de llegar a convertirnos en este dircom de mañana, integrando capacidades directivas y de management, reforzando nuestra posición como gestores de activos estratégicos de comunicación en un entorno de cambio y digitalización, debemos seguir formándonos cada día. Y mi siguiente pregunta sería, ¿estás preparado?
Miguel López-Quesada, director global de Comunicación y Relaciones Institucionales en GESTAMP, Presidente de la Asociación de Directivos de Comunicación (DIRCOM) y profesor del Programa de Dirección en Comunicación Corporativa y Management del IE Business School – Dircom