Nos encontramos en la semana 12 del Data Science Bootcamp y estoy disfrutando de las clases más que nunca. Las primeras semanas fueron mucho más intensas porque recibimos un flujo enorme de información nueva sin estar del todo familiarizados con el entorno. ¡Cuántas veces se me habrá olvidado seleccionar el directorio en Spider!
Ahora que hemos alcanzado un cierto nivel con el código, todo es mucho más divertido, e incluso parece un juego: cada vez que se me ocurre una idea, la pruebo en nuestro proyecto. De todos los aspectos, el que más me gusta es disponer de un conjunto de datos de una empresa real para poder llevar las ideas a la práctica.
Al principio, tuve mis dudas porque no estaba segura de si el programa estaba alineado con mis objetivos profesionales, pero acabé inscribiéndome porque tenía mucha curiosidad y quería entender todo lo que hay detrás de la inteligencia artificial, que está muy de moda. A día de hoy, puedo decir que no podría haber tomado una decisión mejor. Estudié Ingeniería Industrial y me habría gustado que el programa incluyera más aspectos empresariales.
Por eso, decidí cursar un máster en Negocios y Comercio Internacional y, entonces, eché en falta la parte analítica. Gracias al Data Science Bootcamp, he podido integrar ambas áreas y he conseguido darle cohesión a todo lo que había hecho hasta el momento sin perder la versatilidad de mi perfil.
Me encanta que los profesores también tengan experiencia en el ámbito técnico, empresarial y de consultoría (de hecho, este último sector es uno de los que más me atraen). Además, han sabido enseñarnos a sintetizar ideas, identificar variables decisivas y comunicar de forma estructurada. Pero si tuviera que destacar un único aspecto del programa, escogería lo extraordinarios que son mis compañeros y el privilegio que ha supuesto poder aprender de ellos y de sus experiencias.
En definitiva, estoy gratamente sorprendida por el gran avance que he conseguido en tan pocos meses y por la cantidad de puertas que se me han abierto.