La agenda que define las nuevas propuestas inmobiliarias dista mucho de los parámetros que definen el modelo tradicional, en el que los consumidores se han de adaptar a la oferta creada por el sector. Con el propósito de construir un sistema de vivienda habitable en armonía con el entorno, se han de diseñar soluciones que, atendiendo a la Pirámide de Maslow, fomenten las conexiones sociales y la proyección de los individuos, cubriendo dos de las necesidades fundamentales de las personas: seguridad y cobijo. Las personas, los datos y la tecnología serán los factores que determinen este nuevo modelo.
Aunque hasta ahora se hayan considerado distintos grupos de edad para diseñar una oferta de vivienda (adultos jóvenes o familias, por ejemplo), el nuevo panorama digital ha traído consigo la necesidad de ofrecer soluciones de vivienda a distintos grupos o tribus sociales. Para dar respuesta a las necesidades de estos nuevos grupos, se han creado modelos como el coliving y el cohousing.
El coliving nace en Silicon Valley como una opción mediante la que los talentos llegados a esta región podían convivir con otras personas que compartían intereses comunes. Este modelo se ha extrapolado a rincones de todo el mundo que ofrecen alojamiento a los llamados nómadas digitales, quienes, además de disfrutar de un hogar, pueden vivir en una comunidad formada por miembros con sus mismas inquietudes.
Por otro lado, siguiendo esta misma tendencia comunitaria, se encuentra el cohousing, un modelo que nace en Dinamarca y Holanda en las décadas de los 80 y los 90 y que supone una alternativa a las residencias o asilos. Mediante el cohousing, se construye un recinto de viviendas autogestionadas y colaborativas donde los residentes pueden convivir y compartir espacios comunes.
Los datos son una herramienta muy valiosa que permite obtener una mayor comprensión tanto de los clientes actuales como de los potenciales y diseñar nuevas ofertas específicas que, además de complementar la oferta ya existente, ayuden a generar nuevas ventas. Para tal fin, se han de diversificar las fuentes para la recolección de datos: más allá de los datos ofrecidos por el CRM de la compañía, se deben estudiar los que resultan de las interacciones con los clientes y de las interacciones de estos con terceros.
Ante este nuevo escenario, han surgido una serie de plataformas que conectan al usuario y al propietario acortando significativamente el proceso de búsqueda de casa. Además, suponen un recurso muy valioso para la empresa, ya que permiten recoger datos sobre los gustos, preferencias e intereses de los consumidores y utilizarlos en futuras comunidades para crear una estrategia y una experiencia del cliente adaptada a sus necesidades.
Hasta el momento, los datos apuntan a que hay una demanda de las siguientes soluciones de habitabilidad o servicios complementarios a la vivienda: la compra de una vivienda con la posibilidad de acordar con los stakeholders el suministro y/o producción conjunta; servicios financieros o de seguros; servicios de transporte, como la posibilidad de acceder a un vehículo cuando se necesite; servicios de seguridad y ciberseguridad que protejan la identidad digital del individuo, y servicios del hogar.
Con el objetivo de convertir estos servicios en una realidad, se ha de contar con tecnologías que permitan dar respuesta a esta demanda de forma eficiente. En primer lugar, la integración del blockchain, haría posible crear una DAO (organización autónoma descentralizada) mediante tokens o smartcontracts como solución para generar confianza, seguridad y un ahorro en los costes.
Por otro lado, sería beneficioso centralizar en la nube y las aplicaciones móviles todas las infraestructuras de la comunidad, así como hacer uso de la domótica o el IoT para crear hogares conectados e interconectados, integrando ciberseguridad en todas las tecnologías presentes en la comunidad.
Asimismo, el big data o la inteligencia artificial podrían utilizarse para desarrollar sistemas avanzados de análisis de la información y realizar predicciones de las demandas presentes y futuras de los usuarios para dar una respuesta temprana a sus necesidades.
Por último, a fin de facilitar la interacción y la vida cotidiana de los integrantes de la comunidad, se podrían incorporar tecnologías como chatbots, realidad aumentada y drones para llevar a cabo labores de vigilancia y mensajería.
En conclusión, la nueva demanda de vivienda necesita nuevas respuestas, soluciones de residencia y herramientas para el análisis de datos y soluciones tecnológicas que hagan posible esta nueva realidad. La “Hoja de ruta para la transformación digital de la compraventa y alquiler de vivienda”, elaborada por alumnos del Programa de Transformación Digital de IE, ofrece un detallado estudio mediante el que obtener una perspectiva mucho más informada de los retos y soluciones que definen el nuevo escenario del mercado inmobiliario.