A día de hoy, la digitalización se ha convertido en un elemento omnipresente en nuestra vida personal y profesional. En el mundo empresarial, muchos expertos consideran que atravesamos una nueva revolución industrial tan importante como las de siglos anteriores. Pero ¿cuál ha sido realmente el efecto de esta transformación digital en España? ¿En qué medida ha afectado al tejido empresarial de nuestro país? A continuación, analizamos estas cuestiones para cuantificar el nivel de digitalización de España y de su entorno empresarial.
Es innegable que la sociedad española es una sociedad digitalizada. En los últimos años, las nuevas tecnologías han prosperado dando lugar a nuevas formas de transporte, comunicación y producción, entre otras. No obstante, si observamos el panorama internacional, podemos comprobar que la transformación digital en España aún tiene mucho camino por recorrer.
España destaca por su nivel de penetración móvil, área en la que es líder frente al resto de países de la Unión Europea. Por el contrario, nuestro país ocupa el puesto 21 en la UE en cuanto a infraestructuras, uno de los ámbitos que, sin duda, precisa mayores avances. Sin embargo, en términos generales, aún no se puede afirmar que España haya alcanzado su madurez digital. Aunque el uso de redes sociales está claramente extendido en toda la geografía española, nuestra situación como sociedad digital no deja de ser inferior a la media europea.
Esta incipiente digitalización también se manifiesta en el ámbito empresarial, y nuestro país presenta muchos puntos fuertes en este sentido. Según BBVA Research la preparación de España para esta nueva revolución industrial ha sido muy superior a la que se ha demostrado en ocasiones anteriores. De hecho, esta autoridad nos sitúa en el puesto 30 entre los 100 países que integran su ranking de digitalización.
Igualmente, la posición global española en el Digital Economy and Society Index (DESI) ha ido en ascenso en los últimos años, y en la actualidad es superior a la de muchos países europeos. En 2017, España se situaba en el puesto 14 de acuerdo con este índice que evalúa la competitividad digital de los países miembros a partir de 5 pilares fundamentales: conectividad, capital humano, uso de internet, integración de tecnología digital y servicios públicos digitales.
Sin embargo, un análisis más detallado del DESI pone de manifiesto algunas carencias significativas. Pese a que los servicios públicos digitales y la integración tecnológica de nuestra economía parecen estar en forma, nuestro país flaquea en el resto de parámetros, situando la transformación digital en España muy lejos de la de países como Dinamarca, Finlandia o Suecia.
El ritmo al que avanza la digitalización en España es el principal inconveniente al que nos enfrentamos. La mentalidad del entorno empresarial español, que concibe lo digital como un medio para recortar costes y no como una clave para generar valor, explica en gran medida la lentitud de esta transición. Como consecuencia, las entidades sufren grandes carencias en cuanto a especialización: el 82 % de los autónomos y pequeñas empresas, por ejemplo, no cuentan con expertos digitales.
No obstante, la posición global de España en el DESI demuestra que realmente esta evolución es análoga a las tendencias europeas. Al igual que nuestro país, Europa presenta claros avances en su digitalización, pero su progreso también resulta lento.
Si quieres conocer más detalles sobre el nivel de digitalización en España y descubrir cómo potenciar la transformación de tu organización, el informe “Hoja de ruta: Transformación digital para la pyme en España”, redactado por alumnos de IE, te ofrece un análisis exhaustivo con todas las claves.