“¡Quiero todos los todoterrenos con 3 filas de asientos!”
Esta frase despertó en mí la necesidad de educar sobre la toma de decisiones basadas en datos. Eso ya formaba parte de mi día a día, y era algo que me encantaba. Pero, cuando oí al gerente de un concesionario decir esa frase después de cerrar la venta del único todoterreno con 3 filas de asientos que se vendió en su negocio, en su provincia y en su comunidad autónoma en ese año, en el anterior y en el posterior, tuve una revelación. “Hay que evitar que las decisiones de negocio se tomen con el estómago en vez de con la cabeza”, me dije. Fue entonces cuando me propuse aportar, con la mayor claridad posible, datos veraces y relevantes.
Tras un periodo autodidacta, entendí que tenía que pasar al siguiente nivel, y me pareció que la propuesta del Bootcamp estaba muy bien enfocada hacia lo que buscaba. He pasado ya por 3 sectores muy diferentes, pero con una necesidad común: desgranar lo suficiente los datos disponibles para generar información valiosa al volverlos a agrupar.
Aunque he elegido el formato a tiempo parcial, el programa está siendo bastante intenso. Hay que dedicarle muchas horas y hacerle hueco en tus quehaceres diarios. Al final, aprender un lenguaje nuevo requiere dedicación y práctica, y este caso no iba a ser diferente. Es muy interesante contar con profesores que hacen las cosas de maneras tan distintas, ya que te abre la mente a las múltiples posibilidades que existen.
Pero es verdad que, en los primeros instantes de contacto con los lenguajes, puedes sentir cierta inestabilidad a la hora de elegir tu propia expresión. Una expresión que, de nuevo, vas fijando según la desarrollas y la practicas, pero, al principio, sientes que no te puedes alejar demasiado de tu “cheatsheet” de cabecera.
Ahora mismo, creo que embarcarme en esta experiencia ha sido una decisión muy acertada. Espero que mi familia también piense lo mismo cuando, por fin, rematemos con la presentación en el Demo Day.